KIV – Acacia
Centro de las Artes SLP

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La aritmomancia y la numerología reconocen en el tres al poder universal. Este número representa la naturaleza tripartita de la condición humana: cuerpo, alma y espíritu; el ciclo del nacimiento, vida y muerte. De la misma manera, Acacia simboliza el principio, el medio y el fin. Esta instalación es una metáfora de los misterios de la vida y la muerte que generan un ciclo completo en sí mismo; presente, pasado y futuro, unidos por el poder metafísico del arte.

Las tres fases de la instalación Acacia representan, entre otras cosas, el tránsito simbólico por un espacio que es el todo y el fin de todo: la regeneración.

En un primer espacio abierto, el visitante se encuentra con el lugar donde ha de instalarse la muerte: un cementerio exportado en vías de construcción, donde el perímetro de cal que define el área que ocupará cada una de las tumbas, sugiere el frágil encuentro entre la inmovilidad y el movimiento. Al atravesar la imagen de la capilla funeraria de la logia “El Potosí”, impresa sobre tres lienzos, el visitante se encuentra repentinamente dentro de un oscuro túnel sin salida. Al fondo, al igual que el rayo de sol que impacta la imagen de la puerta de la capilla funeraria, un haz de luz ilumina un ataúd, cuya cubierta porta una estrella de bronce de cinco puntas; a su lado, una pala de oro y un maso de plata reposan inertes, mientras un retoño de acacia crece para alcanzar las palabras de la iniciación que se reflejan dentro del ataúd: mi nombre es acacia.

αϗαϗια, que en griego significa, tanto la planta misma como la calidad moral de la inocencia o pureza de la vida, es la condición iniciática para emprender el ascenso hacia el grado más elevado de la evolución espiritual. La catarsis inducida por el Arte, al igual que la naturaleza inmutable y siempre verde del retoño de acacia, evocan la mejor parte de nosotros mismos, aquella que nunca muere. De la misma manera, esta instalación nos recuerda que en el inicio de la vida, la inocencia permanece inmóvil en su tumba, en espera de la inevitable llamada hacia su inmortalidad.

“Mi nombre es Acacia”: el poder de los símbolos

Por: Alejandro Gómez de Tuddo
En ocasión de la apertura de la instalación “Acacia” y de la celebración del décimo aniversario del Centro de las Artes de SLP, 24 de agosto de 2018.

El Proyecto Koimiterion -Proyecto K- cobra una dimensión distinta en cada espacio donde se realiza. “Acacia” es el nombre de la instalción site-specific que se inaugura hoy en el Centro de las Artes de SLP. Esta es la cuarta edición del Proyecto K, cuyo tema, all igual que en cada una de las ediciones anteriores, proviene de mi experiencia en el cementerio del lugar donde ha de realizarse. La letra K y el número cuatro romano, gráficamente reunidos, evocan a la escuadra y al compás entrecruzados, símbolo fundamental de la masonería.

La imagen-telón que deben, literalmente, atravesar para ingresar a la primera sección de la instalación, se me presentó mientras tomaba la fotografia de la capilla funeraria de la logia masónica “El Potosí”, dentro del cementerio “El Saucito” de esta ciudad.

En la segunda sección de la instalación, como los hilos de las parcas, la colocación de los cordones rojos que trazan el perímetro de los espacios que han de ocupar las tumbas, marcan el inicio de la construcción del cementerio que continuará desarrollándose durante el tiempo que dure la instalación. Es un cementerio inacabado, que al igual que la vida, sabemos cuando inicia pero no cómo termina.

El Centro de las Artes de SLP ocupa el lugar de la antigua penitenciaría del Estado; este espacio que ha sido “liberado” de su función original contiene hoy, entre otros elementos simbólicos, un cementerio en vías de construcción (lugar donde ha de instalarse la muerte) y una acacia que crece detrás del ataúd. Este retoño nos recuerda que la inocencia que reposa dentro de este no está muerta, simplemente duerme esperando ser despertada por la voz del Gran Arquitecto, para dejarse conducir a un estado de conciencia más elevado. “Acacia” es entonces una metáfora de la muerte en vida y su resurrección.

Con el nacimiento se abren las puertas del templo de los misterios, al cual entramos con los ojos vendados para no ser cegado por la luz de la sabiduría que en él habita. Al salir de esta iniciación tenemos un nombre: Acacia.

Esta noche celebramos los diez años de un espacio que hoy alberga artistas en lugar de presos y me siento muy honrado en ser uno de los sepultureros de su pasado. Del mismo modo en que en el año de 1890 este penitenciaría fue inaugurada sin estar acabada, hoy se inaugura esta instalación sin terminarse, como una alegoría de la nueva vida: post taenebras lux.

Acacia Installation Entrance, Centro de las Artes, SLP

Masonic Tumbstone details, Centro de las Artes, SLP

Acacia Installation, Centro de las Artes, SLP

La Transfiguración del cisne: un soneto de iniciación
Danza-Performance de Jacqueline López sobre la instalación “Acacia” de Alejandro Gómez de Tuddo

Centro de las Artes de San Luís Potosí
10 de noviembre de 2018

La danza-performance La Transfiguración del cisne: un soneto de iniciación, fue especialmente concebida por Alejandro Gómez de Tuddo y Jacqueline López para ejecutarse en la instalación Acacia.

Esta danza-intervención artística, retoma la estructura formal del solo de ballet creado por Mikhail Fokine para Anna Pavlova y la incorpora dentro del simbolismo poético del soneto El Cisne de Stéphane Mallarmé. Esta acción sublima la danza en un acto simbólico de iniciación a través de la muerte, como búsqueda absoluta y a veces vana de un ideal inaccesible.

Todo su cuello agitará esta blanca agonía

El cisne bendado atravieza el territorio ocupado por un cementerio en vías de construcción, para inhumarse en su centro. Esta muerte autoinflingida genera el renacimiento del cisne a la luz del conocimiento; de la misma manera en que la muerte y resurrección representan el fin de la ignorancia por el abrazo de la tierra y la palingenesia o despertar de la conciencia, en la via iniciática masónica.

Un cygne d’autrefois se souvient que c’est luu
Magnifique mais qui sans espoir se délivre
Pour n’avoir pas chanté la région où vivre
Quand du stérile hiver a resplendi l’ennui.          

Stéphane Mallarmé            

Un cisne de otrora recuerda que es él
Magnífico pero que sin esperanza se rinde
Por no haber cantado la región donde vivir
Cuando del estéril invierno resplandeció el hastío.

Stéphane Mallarmé